Resulta imposible, en este blog y en estas fechas, no hablar de Nelson Mandela. Todos sabemos la lucha constante que llevó a cabo contra el apartheid. Pero, ¿y si hacemos una crítica al estado español relacionado con esto?
"En el país de la valla con cuchillas en
Melilla y la retirada del derecho a la
atención sanitaria a los sin papeles, a
Mandela se le rinde homenaje apreciativo
por boca de ambiciosos empeñados solo
en su permanencia personal.“
D. Trueba, El País
En las últimas semanas hemos podido ver cómo los medios de comunicación emitían imágenes de nuestro presidente acudiendo al homenaje que se le hizo en Sudáfrica, cómo había películas y programas a todas horas que trataban sobre el tema… Pero…¿esto es justo?
NO.
Es bastante criticable que un país entero recuerde a un luchador de esta categoría cuando sus políticas fomentan aquello que Nelson Mandela intentó evitar: el apartheid.
España coloca concertinas en las fronteras para, palabras textuales, “controlar la inmigración”.
España priva de la sanidad pública a los extranjeros que no tienen “normalizada” su situación en el país.
España da trabajo sin contrato a extranjeros, aprovechándose de su desesperación, y les hace trabajar una gran cantidad de horas por un sueldo mísero.
España todavía da tratos racistas a estas personas.
España tiene una base de prejuicios con los que etiquetamos a las personas sólo por su nacionalidad.
Incluso se está creando apartheid dentro la misma sociedad española, es decir, con las clases más desfavorecidas del país.
¿Cómo es posible que todavía, por ser mujer, se cobre menos dinero o incluso sea más fácil hacer un despido?
¿Cómo es posible que familias enteras vean afectada su salud, por comer comida en mal estado, sin que estas situaciones se regularicen por parte del ministerio?
¿Cómo es posible que los hijos de las personas con menos poder adquisitivo vean casi imposible estudiar en una universidad pública?
Y así, un larga lista de situaciones que deben cambiarse…
Ahora, como ciudadanos, ¿deberíamos permitir esto?
Tenemos que plantarnos, decir “hasta aquí hemos llegado”, obligar a los mandatarios y a nosotros mismos a resolver estas situaciones que parecen sacadas de un libro de historia.
Es hora de reflexionar, de buscar soluciones y de tomar ejemplo de Mandela. Debemos unirnos y cambiar las cosas, determinar cuál es nuestro futuro.
Aunque esta sólo sea la reflexión de unas cabezas inquietas, espero que algún día, esta idea pase por la mente de todos.
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